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| Sulma Montero |
Sulma Montero es una
autora multidisciplinar, nacida en La Paz - Bolivia. Con estudios superiores en
Literatura, Diseño y Artes.
Publicó: Mujer con muñecas, Infancia, Tania en flor, Capricho, Adenda (antología íntima) colección Formas de poesía latinoamericana. Casi pomas (poesía).
Estuche original, Escritas en bordó/Con fondo de agua dulce, (narrativa)
Serena (novela) más la edición y recopilación de El Llamo blanco (fragmentos estelares) de Jesús Urzagasti.
Publicó en revistas de Costa Rica, Venezuela, Argentina, India, África, Camerún, Katmandú y China.
Publicó: Mujer con muñecas, Infancia, Tania en flor, Capricho, Adenda (antología íntima) colección Formas de poesía latinoamericana. Casi pomas (poesía).
Estuche original, Escritas en bordó/Con fondo de agua dulce, (narrativa)
Serena (novela) más la edición y recopilación de El Llamo blanco (fragmentos estelares) de Jesús Urzagasti.
Publicó en revistas de Costa Rica, Venezuela, Argentina, India, África, Camerún, Katmandú y China.
1.
Este abrir mis pétalos estremecida
el sueño hallado al despuntar el miedo
la luz que me quema cuando entras
y las aves callan su trino inmemorial.
2.
Acógeme al caer la tarde de este invierno amor
y habita la espesura sumergida
en la senda de aves mágicas que resguardan lo inefable.
Alienta el movimiento de la hierba azul en mis latidos
la visión que fosforece cuando encuentra su magnetismo en ti.
Así mientras te amo algunos cerezos darán fruto
y un paisaje violeta descubrirá el secreto de mi estancia
como un territorio en el que despunta maravillado el instante.
3.
Quisiera extraviarme en el rumor que escucho mientras me hablas
bajo el agua clara que refleja el cielo.
En ese halo que te sostiene y fascina a mi sombra
que al sentirte desaparece.
Hay un presentimiento que me invade de fraterna alegría
una inexplicable ternura alumbrada en el tejido vivo del amor.
Quizás sea la diáfana presencia de tu desnudez
los gorriones inmóviles que me aguardan en tus pupilas.
Tal vez la marea de las hojas del lecho embellecido
en la mañana luminosa de un otoño sin edad.
4.
Esta noche se fueron mis sueños en estampida.
Salvajes cabalgan en el brillo de un cristal.
El amor es un silencio. Las montañas que custodian
sus celestes reinos desprenden ondas de azahar.
Preparemos una mesa blanca con células rutilantes
dibujemos una nave para cruzar los agujeros negros.
¿Sabías que cuando el sueño me embriaga estalla
en palomas tu desnudez?
5.
Radiantes lanas de suma pureza arman tu mesa.
Transitan soles y mariposas, dulces y estrellas.
Entre los cristales un escarabajo me recuerda
a un río en invierno.
Levanto el cáliz y me alcanzan lejanas voces. Es un
cuerpo femenino salido de un colmenar dorado. Es una
hoja solamente, una crisálida de silencio en mi corazón.
Es un verde sonámbulo que brilla la noche entera.
6.
Sé que estoy aquí sin ser un ángel
he construido un mundo claro
rincones para ocultarme del fauno
senderos que terminan en jardines profundos
perlas que embellecen mi centro
alturas que dialogan con el mundo y sus fantasmas.
7.
Una oscura señal
me sobrecoge
un silencio se desliza
entre mis incógnitas
interiores.
Me sumerjo en el mar
del universo
absorta en el templo
de mi tiempo
y finjo
que me duermo
en el negro
capullo
de mi sueño.
Este abrir mis pétalos estremecida
el sueño hallado al despuntar el miedo
la luz que me quema cuando entras
y las aves callan su trino inmemorial.
2.
Acógeme al caer la tarde de este invierno amor
y habita la espesura sumergida
en la senda de aves mágicas que resguardan lo inefable.
Alienta el movimiento de la hierba azul en mis latidos
la visión que fosforece cuando encuentra su magnetismo en ti.
Así mientras te amo algunos cerezos darán fruto
y un paisaje violeta descubrirá el secreto de mi estancia
como un territorio en el que despunta maravillado el instante.
3.
Quisiera extraviarme en el rumor que escucho mientras me hablas
bajo el agua clara que refleja el cielo.
En ese halo que te sostiene y fascina a mi sombra
que al sentirte desaparece.
Hay un presentimiento que me invade de fraterna alegría
una inexplicable ternura alumbrada en el tejido vivo del amor.
Quizás sea la diáfana presencia de tu desnudez
los gorriones inmóviles que me aguardan en tus pupilas.
Tal vez la marea de las hojas del lecho embellecido
en la mañana luminosa de un otoño sin edad.
4.
Esta noche se fueron mis sueños en estampida.
Salvajes cabalgan en el brillo de un cristal.
El amor es un silencio. Las montañas que custodian
sus celestes reinos desprenden ondas de azahar.
Preparemos una mesa blanca con células rutilantes
dibujemos una nave para cruzar los agujeros negros.
¿Sabías que cuando el sueño me embriaga estalla
en palomas tu desnudez?
5.
Radiantes lanas de suma pureza arman tu mesa.
Transitan soles y mariposas, dulces y estrellas.
Entre los cristales un escarabajo me recuerda
a un río en invierno.
Levanto el cáliz y me alcanzan lejanas voces. Es un
cuerpo femenino salido de un colmenar dorado. Es una
hoja solamente, una crisálida de silencio en mi corazón.
Es un verde sonámbulo que brilla la noche entera.
6.
Sé que estoy aquí sin ser un ángel
he construido un mundo claro
rincones para ocultarme del fauno
senderos que terminan en jardines profundos
perlas que embellecen mi centro
alturas que dialogan con el mundo y sus fantasmas.
7.
Una oscura señal
me sobrecoge
un silencio se desliza
entre mis incógnitas
interiores.
Me sumerjo en el mar
del universo
absorta en el templo
de mi tiempo
y finjo
que me duermo
en el negro
capullo
de mi sueño.
